Un amo igualitario

Por Omar Genovese

Contra toda autoridad, literatura anarquista rioplatense (1896-1919), Daniel Vidal y Armando V. Minguzzi (comp. e introducción), Tren en movimiento, junio2021.

Este ejemplar condensa diversos ejemplos de literatura anarquista en ambos márgenes rioplatenses. El rescate de Vidal y Minguzzi contó con la edición de Matías Raia, un ya experimentado explorador del pasado literario argentino. Dividido en cinco partes, los textos de distintos autores abordan el amor, la revolución, el clero, la ciudad, el campo, el trabajo y el humor. Elías Castelnuovo, Rafael Barrett, Roberto de las Carreras, Alberto Ghiraldo y el afamado anónimo, entre otros, muestran variantes lingüísticas de origen europeo y criollo, mixtura que adhiere la oleada migratoria de fines del siglo XIX con la masa trabajadora sumida en la ignorancia y la desidia gobernante. El carácter educador del anarquismo local busca, sin dudas, enfrentar la voz única de interpretación de lo real. Esta oposición es más que intelectual, en el sentido de que las palabras son herramientas materiales de una transformación posible, y el acto de la fábula (su retórica aleccionadora) sobrevuela con cierta inocencia, con fe en su destino.

El carácter documental tiene más importancia porque existen vínculos históricos concretos con ciertos rasgos de lo que será la escritura argentina, incluso con el debate público y político durante el siglo XX. La revolución industrial inglesa, la francesa, las de 1848 y la Comuna de París, generaron instrumentos impresos que desplazaron los bandos reales como única fuente de opinión. Este desplazamiento del poder discursivo es evidente como un eco sórdido (por sus adaptaciones intencionales) en la formación del Estado nacional, al punto que esta difusión anarquista por medio de cientos publicaciones, marca otro tipo de ruptura encarnada por el periodismo que podemos llamar “social” y la devaluación de la novela romántica. En dicho tránsito, es de destacar la lectura de Spencer y su anarquismo individualista, por parte de Sarmiento y el padre de Borges. Al fin: el primero quería narrarlo todo (y todo podía ser narrado) y el hijo del segundo lograría el universal de su escritura.

A la manera de Viñas, el lector puede subrayar, en este conglomerado diverso, ciertos rasgos de Roberto Arlt, de quien podemos arriesgar llevó la visión anarquista a todos los planos de la ficción. No solo por su vínculo con Salvadora Medina Onrubia, esposa de Botana, fundador del diario Crítica, sino también en la importancia de ese laboratorio textual que fue el diario, refugio de anarquistas perseguidos luego de la Semana Trágica, desde la redacción hasta el taller gráfico. Y es aquí donde aparecen el ideario de vida comunitaria, la importancia de la biblioteca, el oficio de tipógrafo y la ética fraterna como única razón. En esa mezcla también floreció la solidaridad, término acanallado por el poder político, al punto que hoy se desconoce el efecto de su práctica. La libertad, aún cincelada por la virilidad combativa, planteó un amor posible, igualitario, acaso un poco libre. Más de 100 años no pasaron en vano, pero la autoridad sigue siendo el enemigo…

Publicado en el Suplemento Cultura de Perfil Diario el 13/03/22